La luna me cubría con sus rayos burlones mientras
sollozaba, con cada paleada una lágrima rodaba en mi rostro.
No es fácil despedirse de un ser al que se ha amado, al
que se ha visto con vida, verle morir y luego irse para nunca volver a ti.
El día que te conocí aun siendo una completa extraña, sentía como si te conociera de siempre, ibas caminando en la acera de enfrente sin saber de mi existencia, caminabas contoneandote, te escuche tararear una canción que no logre reconocer, vestías jeans, una camisa rosa de tirantes con escote provocador, tu pelo castaño se balanceaba con el viento, cruce la calle decidido a hablarte estando a unos pasos de ti me puse nervioso las ideas de conversación se borraron en su totalidad, no tenía nada, estaba en blanco.
De tanto nerviosismo que me embargo no recuerdo siquiera
que fue lo que te dije pero supongo funcionó, pues dos horas mas tarde
estábamos en la sala de mi casa charlando, no paraba de hablar y tú, tú tan
callada, tímida, solo no dejabas de mover los pies, estabas igual de nerviosa
que yo antes de hablarte, te conté de mi, de mis gustos, pasatiempos, y tú solo
hacías expresiones con tu cara de asentimiento, asombro, según lo que dijera. Hubo un momento en que supimos lo que iba a pasar y pasó, te tomé en
mis brazos, te besé, me besaste me quite la ropa, te tome la mano y la fui
dirigiendo por todo mi cuerpo, titubeaste, primero te quite la blusa con algo
de dificultad por la excitación, retire una a una tus prendas y nos fundimos en
uno, gemías, gemíamos de pasión, tu olor me volvía loco, tu cuello, boca,
pechos todo me encantó de ti.
Esa noche nos dimos cuenta de que éramos el uno para el otro te quedaste conmigo, como atada a nuestro nuevo amor, me levante temprano y fui por algo de desayunar a la calle, volví al cabo de unos minutos, me sorprendí tanto al verte, a simple vista no tenia explicación lo que estaba ante mis ojos. Estabas terriblemente golpeada, llena de rasguños y moretones en el cuerpo y cara, sollozando, tratando de levantarte de tu propio charco de sangre, corrí hacia ti te levante y limpie con delicadeza tu cuerpo con un trapo húmedo, tratando de no lastimarte, pregunte quien te había hecho eso, solo callaste, esto no tenia explicación, mientras te limpiaba me di cuenta que una de tus heridas era mas profunda de lo que parecía la examine tenias encajado un trozo de madera en un costado lo retire y la sangre no paraba, tú solo te ibas desvaneciendo, me mirabas como despidiendote con una media sonrisa, no había mas que hacer y comencé a besarte con pasión te hice mía una y otra vez, estaba exhausto pero no podía detenerme, no podíamos. Para cuando finalizamos estabas quieta, inherte, muerta, y te bese en los labios de nuevo una y otra vez, llore como nunca había llorado, recorrí todo tu cuerpo y te hice el amor enagenadamente, te tuve conmigo una semana, no supe nada mas de ti, solo que me amabas y yo a ti, charlaba contigo todos los días, y cada que la pasión me ganaba hacíamos el amor.
No quería dejarte ir, eras mía, pero los vecinos empezaron a comentar de tu olor putrefacto y aunque sabia que lo nuestro era bello, sabia que nadie lo entendería y me acusarían de un montón de infamias. Así que alisté todo para decirte adiós, en mi patio te arrope con un manto de lodo, te enterré para tenerte conmigo a mi modo, a ti que sin conocerme me hiciste feliz, tu que me complaciste, lo nuestro duro poco pero fue sincero, sin mentiras, sin pleitos, lastima que tuvieras que morir, te extrañaré mujer sin nombre.
Cada paleada es una lágrima rodando por mi rostro.
Esa noche nos dimos cuenta de que éramos el uno para el otro te quedaste conmigo, como atada a nuestro nuevo amor, me levante temprano y fui por algo de desayunar a la calle, volví al cabo de unos minutos, me sorprendí tanto al verte, a simple vista no tenia explicación lo que estaba ante mis ojos. Estabas terriblemente golpeada, llena de rasguños y moretones en el cuerpo y cara, sollozando, tratando de levantarte de tu propio charco de sangre, corrí hacia ti te levante y limpie con delicadeza tu cuerpo con un trapo húmedo, tratando de no lastimarte, pregunte quien te había hecho eso, solo callaste, esto no tenia explicación, mientras te limpiaba me di cuenta que una de tus heridas era mas profunda de lo que parecía la examine tenias encajado un trozo de madera en un costado lo retire y la sangre no paraba, tú solo te ibas desvaneciendo, me mirabas como despidiendote con una media sonrisa, no había mas que hacer y comencé a besarte con pasión te hice mía una y otra vez, estaba exhausto pero no podía detenerme, no podíamos. Para cuando finalizamos estabas quieta, inherte, muerta, y te bese en los labios de nuevo una y otra vez, llore como nunca había llorado, recorrí todo tu cuerpo y te hice el amor enagenadamente, te tuve conmigo una semana, no supe nada mas de ti, solo que me amabas y yo a ti, charlaba contigo todos los días, y cada que la pasión me ganaba hacíamos el amor.
No quería dejarte ir, eras mía, pero los vecinos empezaron a comentar de tu olor putrefacto y aunque sabia que lo nuestro era bello, sabia que nadie lo entendería y me acusarían de un montón de infamias. Así que alisté todo para decirte adiós, en mi patio te arrope con un manto de lodo, te enterré para tenerte conmigo a mi modo, a ti que sin conocerme me hiciste feliz, tu que me complaciste, lo nuestro duro poco pero fue sincero, sin mentiras, sin pleitos, lastima que tuvieras que morir, te extrañaré mujer sin nombre.
Cada paleada es una lágrima rodando por mi rostro.
Xxxxxxxxxxxxxxxxxx
No mucha gente tiene la oportunidad de encontrar el amor, no mucha gente tiene la oportunidad de saber quien es su alma gemela, de palpar y saborear el verdadero dulzor de la pasión, yo no era una de esas personas; conocí a alguien, me enamoré, tenía una vida, planes, sueños.... pero todo me fue arrebatado por la misma razón de la vida, el más peligroso de los amores no correspondidos. Era un día totalmente extraño, tenía un presentimiento realmente raro, como si me advirtieran a quedarme en casa... Pero tenía que verlo a el, me puse lo mejor que encontré limitandome a verme "bien" y no atractiva, rosa, jeans, pelo largo.... Mi mente no daba para más, aun sentía ese presentimiento de quedarme en casa, de salir hacia otro lado, pero me dispuse a caminar, llevaba mis audifonos puestos, y aunque la gente pasaba a mi lado yo cantaba para mi misma esa canción "La nena" de Ricardo Arjona, que triste lo se... pero adoro esa canción, esa historia... Todo giraba normal, pero ahí fue cuando lo sentí... sentí a alguien siguiendome, muy muy de cerca, gire mi rostro disimuladamente y era un joven, un poco más alto que yo, atractivo... si, pero tenía algo en su mirada, profunda y ojos negros que me helaron la piel sentí como mariposas pero no como las que siento con él, para nada, si no como cuando estas asustada, caminé más rápido intentando perderlo pero no, el seguía detrás mio y antes de hacer algún escandalo decidí enfrentarlo. Pero no tuve oportunidad siquiera de voltear ya que algo sucedió, en un momento estaba yo en una calle transcurria por el centro y en otro había sido empujada a un callejón y siendo estrujada y golpeada, todo daba vueltas no entendía nada, me seguía defendiendo... ¿por que? ¿por que a mi? giraba y giraba mi cuerpo, sabía que no saldría de ahí era muy fuerte, seguía forcejeando hasta que me golpee con algo y perdí la conciencia. Lo ultimo que recuerdo eran esos ojos negros, tan negros como su alma.
Desperté en una sala, lastimada de cuerpo y aterrada en espíritu, hubiera gritado pero estaba el frente a mí, aun tenia mi ropa puesta así que esperaba lo mejor, quizás se limitaría a dejarme con vida, dinero, mis cosas y ya, pero... El estaba frente a mí, comenzó por decirme que no hacia eso siempre, que yo era especial, que cuando lo miré a los ojos el juró ver mi alma, me hablo de él, de sus antiguas novias que siempre lo dejaban, de sus extenuantes visitas con psiquiatras y que la psicología no eran mas que blasfemias; yo simplemente estaba callada, nerviosa, aterrada, mis ojos lagrimeaban y mi pierna temblaba tanto, mis pies hacían ruido al moverse, pero no tenía idea de que hacer, solo sonreía en ocasiones, asentía cuando creía que era conveniente, quizás solo necesitaba hablar y me dejaría ir.... nada estaba saliendo como lo quería, ¿mi plan? ¡MI PLAN ERA COMPROMETERNE HOY! y esto... secuestrada, amenazada... aterrada.
De pronto, me deje llevar tanto en mi dialogo interno... ¿dialogo?bueno, mas bien en mis gritos suplicantes internos, que no lo vi venir... se me acercó, más y cada vez más, me miraba como con urgencia, yo intentaba suplicar a través de mis ojos, nada funcionaba, y ahí, me rendí, cerré mis ojos y me bloquee... el comenzó a tocarme, a besarme con fiereza, con obstinación al ver mi pequeña resistencia, estaba nervioso pues temblaba y yo estaba fría, helada como un hielo, sabiendo que odiaba que me tocara, odiaba sentir su sabor en mis labios, detestaba sus manos, encontró la forma de llegar a mi sostén, lo desabrochó y mis senos quedaron expuestos, lágrimas mías empezaron a brotar, sollozaba y el creyó percibir amor, pasión, lujuria, ¿como demonios podía detener esto? Comenzó a lamer mi cuello y no paraba de decir que disfrutaba mi aroma y que mi piel fría, lo hacia estremecerse "la nena no sabe que a veces dios también se equivoca" sollozaba esa maldita ultima canción, bajó mis jeans, mis panties, y me besaba toda, me recorría y simplemente yo gritaba, lo arañaba pero eso parecía gustarle más, ¿por que? ¡para!, le decía,¡ para ya!, pero me decía al oído que me amaba, que eramos el uno para el otro, sentí que había entrado en mi interior y él gemía y gemía y yo sollozaba, "la nena ya no ve diferencia entre un día y un mes" solo terminó, y me dejó ahí, tirada, ultrajada, con frió, temblaba pero no sabia si era por el mismo frió o por terror a lo que sabia que vendría. Se fue y dejo la puerta abierta, así que intente escapar, sin ropa no hay mas... pero, él llego, tomó algo de madera y me golpeó muchas veces, me pateó diciendo "te amo y seras solo mía" "te amo, te amo, te amo" Me golpeó, tan fuerte que sangraba, ya no podía más, mi cuerpo estaba hecho un asco, desnuda, apestaba a sangre, herida, sola, marchita, desolada.... volvio a irse y la sangre de mi cuerpo comenzó a inundarme, pero yo no entendía nada, decía amarme y no conocía ni mi nombre, ni que estudiaba psicología, ni que amaba a un hombre o que mi color favorito era el morado y el verde, el volvió y pareció no acordarse de los tremendos golpes que me había dado, llegó y se acuclillo ante mí... me vio y sintió dolor, me limpió pero yo seguía desnuda, sintió mis pezones y mi vulva y ahí empezó de nuevo, ¿como podía un ser humano hacer esto? ¿por que a mi? "la nena ya no sabe si duerme o se mantiene despierta" ahora entiendo la letra, y como no sabia si dormir o despertar... me deje ir, con una ultima lágrima en los ojos y una maldición atorada en la garganta.